No te pongas triste ante una despedida...

Una despedida es necesaria para volver a encontrarse, y un reencuentro, después de un momento o de toda una vida, es inevitable cuando se ha querido de verdad. **

martes, 27 de marzo de 2012

Kölner Zoo y el Augustus Burg de Brühl

El domingo pasado y aprovechando el cielo azul que se había mantenido durante toda la semana, nos fuimos de paseo al zoo !! No puedo negar que a pesar de todo me encantaba la idea, pues en Huelva por suerte o desgracia sólo conozco el parque de los monos de Ayamonte. 

El zoo de Colonia dicen que es de los mejores de Alemania. La verdad es que no es muy grande, pero tienen de todo, todo y todo. La entrada para estudiantes vale 10e, e incluye la visita al acuario. Lo primero que hicimos fue tomar una foto al mapa, que no nos sirvió de nada, y a los horarios de los espectáculos. Sólo vimos el de las focas o leones marinos, después decidimos que era mejor ver todo por nuestra cuenta y no perder tanto el tiempo. La verdad es que hacía bastante calor y había y salían niños por todos lados. Tanto que al cabo de 2 horas andando y de haber pasado cinco veces por el mismo sitio decidimos comprar algo de recuerdo para los peques y coger el U18 para Brühl.



Como viene siendo habitual, y estaréis cansados de escuchármelo contar, nos equivocamos al coger el tranvía. Y no porque seamos muy torpes, si no porque lo de las indicaciones no es el fuerte de los alemanes. Tienen dos tranvías de cada número, pero con paradas distintas... Así es normal que la gente se confunda. Pues eso, que nos tuvimos que bajar y cambiarnos al cabo de pasar unas cuantas estaciones.

Cuando nos bajamos en Brühl Mitte buscamos la dirección del Palacio de Augusto o algo así. A 800 metros que estaba, y después de lo que ya llevábamos... aiiiii Omá ! Y lo pero es que eran casi las cuatro de la tarde y aún no habíamos comido. El palacio cerraba a las 5, así que ahi que vamos ligeras para no perdernos la visita, guiada por cierto. Que bien preparados están los guías en este país :)



El recorrido guiado sólo estaba disponible en alemán, o bien pagando los auriculares en inglés. Yo ya después de haberme tenido que gastar 15e en taxi dije que pasaba. Y mis dos compis opinaron que era lo mejor, así jugamos todo el rato de la visita a imaginarnos que decía el chico o lo que haríamos nosotras si fuésemos la princesa de aquel castillo. Lo mejor de todo, es que al escucharnos hablar español, otra pareja que había de españoles (por el mundo) allí, nos puso por filólogas !!!! Que importantes somos, y en realidad no estabas entendiendo ni "papa"...

Al terminar la visita dimos un paseo por los jardines. Lástima que aún no estuvieran del todo acondicionados: las estatuas estaban aún tapadas y las fuentes "desenchufadas". La fachada del palacio estaba también en obras. Después de eso nos fuimos a comer algo al mercadillo medieval que había en la calle principal: Bratwurst mit Bröchen, o lo que viene siendo una super mega salchicha alemana que dobla en tamaña al panecillo.

Con esto, y volviendo hacia la estación atravesando un cementerio, terminó nuestra aventura zoológica, y comenzó mi primera semana a solas con el peque. Los papis, ambos, están de viaje. Por ahora la cosa no marcha mal...

sábado, 24 de marzo de 2012

En Berlin... no hay pasos de peatones.

Por fin, después de 8 meses, el fin de semana pasado, conocí la capital de la grosse Deutschland... Berlin. Y desde luego que la espera mereció la pena. Es muy difícil describir o expresar lo que la ciudad te transmite. Sobretodo porque es una ciudad diferente. Una mezcla de contrastes diría yo. Por ejemplo, al lado del super edificio de la Ópera ves un descampado con graffitis al estilo "muro" lleno de protestas con una mujer meando, literalmente, en medio de la acera... :S

Volamos desde Colonia, con Air Berlín. 50 minutos. Pero al llegar a la cinta de baggage, las maletas tardaron 40 minutos en empezar a salir !!!!!!!!! Por lo visto había huelga de no se que... Mi mamá estaba que trina. (No hagáis nunca esperar a un alemán). Luego pillamos un taxi hasta el Hotel, 20e, desde Berlin Tegel (que le queda un mes de vida)  hasta la mismísima Friedrichstrasse (la calle principal del East-Berlin). Del hotel poco o mucho puedo decir... Un 5* de una cadena española... Poder ver Andalucía directo, en directo desde Alemania, no tiene precio señores :))

Así que después de dejar las maletas fuimos a dar una vuelta rápida por los monumentos más importantes de Berlín (que están todos en Berlin Este, a excepción de la Brandergurger Tor que está en lo que era la "frontera digamos" pero dentro de la parte oeste). Así que estuvimos en la plaza de Gendarmenmarkt, que tiene dos iglesias idénticas, una frente a la otra, una es alemana y la otra francesa. No deja de ser curioso. Tened en cuenta que tras la 2ª Guerra Mundial Berlín toda Alemania quedó dividida entre las vencedores, y el propio Berlín tenía un distrino americano, y otro soviético, separados por el famoso Muro. Que mucho decían que era el muro de la vergüenza, pero no veas el negocio que se han montado a su costa. Postal con una minúscula piedra del muro (sin certificar por supuesto) 2,50€. Pedazo del muro 20€ y así sucesivamente...También dimos un paseo por la isla de los Museos y la tienda del Ampelman, que tiene su historia. En Berlín East los muñecos de los semáforos son distintos porque se han mantenido los que pusieron los soviéticos en su época. El muñequito es muy gracioso y es un hombre con sombrero. Tan famoso se haecho que se ha convertido, en uno de los símbolos de Berlín, y si visitas la ciudad, no puedes dejar de comprar algo en la tiendecita. Yo tengo una camiseta. Para terminar el día cenamos en una restaurante muy "cool" que lo aconsejaban en la guía que compramos en el aeropuerto. Comida india. El restaurante casi a oscuras,  y la "disco-toilette" me sorprendieron bastante, y la comida estaba buenísima.



El segundo día decidimos hacer el mismo tour que el día anterior hicimos de pasada. Así que nos cogimos un Sighseeing taxi, que era como una especie de bicicleta. Y el chico super amable y apañado que nos fue explicando todo. Lo cogimos allí delante de la Branderburger Tor, sitio de encuentro de turistas. Tras una hora de ruta nos bajamos en una plaza donde comimos en un italiano, y luego fuimos a ver una zona donde sólo hay tiendas artesanales y de toda la vida. Me resultó curioso las inscripciones que veía en algunos sitios en las aceras. Ponían los nombres de los judíos que vivían allí, la fecha de nacimiento y la fecha en la que fueron deportados a Auschwitch. El sábado también visitamos el "Charlie check point" que aún se mantiene de recuerdo. Era como la aduana para pasar de un lado a otro del muro. Hacerte una foto con el colega que está allí vestido de soldado:2e.


El domingo lo dedicamos a ver algunos museos. Estuvimos en el museo antiguo, en el Humblt Box y en la Berliner Dom, que justamente estaban dando misa cuando llegamos. Después de esto fuimos a recoger la maletas y con un taxi nos fuimos al Berlín oeste, la parte moderna de la ciudad. Rodeado de tiendas y restaurante. Allí está también el zoo, el Sony Centre y Legoland.



Y así acabó mi viaje a Berlín. La ciudad que hasta ahora, de entre todas las que he estado, más interesante me ha parecido. Sólo me quedo con algo que apostillar:A Berlín le faltan pasos de peatones !!

lunes, 5 de marzo de 2012

Heidelberg.

Dicen que los alemanes son conocidos por si puntualidad... Permítanme que lo dude, al menos en lo que se refiere a los trenes. Que después de haberte dado un madrugón para coger a tiempo el tren de las 6:57 llegues a la estación y te diga que viene con un retraso de aproximadamente 20 minutos... en fin, que no te alegra precisamente la mañana. Y si encima cuando entras en el tren, piensas que te has equivocado, que es imposible que eso sea un tren con destino a ninguna parte, pues al final acabas con ganas de decirle a algún que otro engreído alemán como son las cosas. Pues eso pasó, que al entrar al tren, lo primero que vi fueron como unos cinco militares, porras incluidas "custodiando" los vagones y de repente un olor amargo... cerveza !!! y mucho alboroto... ¿Pero que es esto? Un grupo de "hinchas" tenían invadido el tren, si si, invadido, no cabía un alfiler, los había por todos lados, incluso sentados en los pasillos. Hinchas del Dusseldorf me refiero, y es que al parecer había ese día un partido importante. Lo peor de todo es tenerlos que ver aprovechando las paradas del tren para salir a echar una meadita, en una ocasión contamos hasta 16... En fin, que menos mal que no habíamos desayunado porque esa imagen, os aseguro, le revuelve el estómago a cualquiera.

Y a lo que vamos, que después de cinco horas de tren, incluyendo 4 trasbordos, llegamos a Heidelberg. Lo primero que hicimos, como siempre, comprar algo en una backería. Lo segundo, ir al punto de información turística que se encuentra en la misma estación y comprar un Combiticket para el castillo y el funicular. Por desgracia el funicular no estaba operativo, asíque tuvimos que coger el bus 33 que te deja al comienzo de la cuesta. O sea, que te pierdes las vistas, y que al final llegas al castillo a punto de morirte.

Pues ojeando el mapa  a ver en que dirección teníamos que coger el Bus, llega éste, y nos subimos sin pensarlo, no vaya  a ser que sea y lo perdamos... Después de un rato montadas, menos mal que Aida se dio cuenta de que íbamos en la dirección contraría. Así que nos bajamos y fuímos a esperar el mismo 33 pero en la acera de enfrente. Yo y Ana pensábamos quedarnos en el bus y que diese la vuelta completa: ¡no hagais eso nunca en alemania! Primero porque normalmente el trayecto de ida y el de vuelta no coinciden, segundo porque son trayectos "más largos" que los que hace el bus nº 8 de Huelva, bastante más creedme, y tercero, porque cuando el bus, el tren o lo que sea llega a la estación central, todo el mundo se baja !! Da igual si lo has cogido en la parada anterior, cuando el conductor dice "Ende" no hay más que hablar.

Pues a eso de la una llegamos al castillo. Es muy grande, y las vistas, incluso en un día nublado, no defraudan. Los jardines son preciosos. Está prácticamente derruido, y solo se puede pasar al interior con guía turística. Dentro del castillo está el Museo de la Farmacia Alemán, la entrada es gratís con el ticket del casillo, y el gran tonel !!!




Después del castillo bajamos a la calle principal, vimos, por fuera la catedral (porque estaban dando misa), la fachada del famoso hotel Ritter, el Alte Brücke con sus torres, y la carcel de los estudiantes. Una pasada. Resulta que en los tiempos de mari castaña, cuando los estudiantes hacían añgo "malo" (como por ejemplo emborracharse) eran castigados y enviados a la cárcel de la universidad. La universidad tenía su propio sistema de justicia independiente al de la ciudad. Pues los mandaban allí y los tenían desde uno a un mes a pan y agua. Agua que tenían ellos mismos que coger de la fuente que se encontraba a las puertas del edificio. Los estudiantes, cuando se aburrían, empezaron a dibujarse unos a otros en las paredes, a colgar fotos, se visitaban de una celda a otra, en las que solo tenían una mesa y la cama. Las mesas las usaban para hacer timbas de cartas, así que lo que al principio comenzó como un castigo, se convirtió en un símbolo para los estudiantes, hasta tal punto que todos deseaban pasar por allí al menos una vez. Lo peor a mi parecer, que tenían baño compartido, lo llamaban el trono del rey :))




Aquí la inscripción que nosotras dejamos en la Studentenkarzer: (al principo pensábamos que era un sitio horripilante, hasta que leímos la hoja informativa)



Para acabar el día fuimos al Museo de la Caja... Bueno, en realidad era el museo del envalaje, pero parece que suena más interesante con el primer nombre. No estuvo mal, si lo que os interesa es ver cajitas de nivea de cuando nuestros tatarabuelos se moceaban, tabletas de chocolate con más de 100 años.. en fin, esas cosillas de los anuncios que nuestro generación se ha perdido.

La verdad es que creo que deberíamos volver con el buen tiempo, nos quedaron muchas cosas por ver, y todo parece más bonito bajo el "blue sky".