No te pongas triste ante una despedida...

Una despedida es necesaria para volver a encontrarse, y un reencuentro, después de un momento o de toda una vida, es inevitable cuando se ha querido de verdad. **

lunes, 23 de enero de 2012

Spazieren in Koblenz

Ayer fue un día de estos de los que solemos llamr "trochos" pero que tienen inexplicablemente algo que acaban conviertiendose en días "para recordar". A las 11 o clock decidimos coger el tren hacia Koblenz (Coblenza en español). 40 minutos de viaje, lloviendo que ni fú ni fá, y a pesar de todo, un buen día, aunque cansado.

Lo primero que haces al llegar a una ciudad que no conoces, como todo buen guiri, es ir a la oficina de turismo, pillar un mapita y ver que cositas puedes conocer. SORPRESA !! Como le encantaría a mi amiga ana twittear: "En Koblenz, como en Huelva, las oficinas de turismo no abren los domingos" :S. Así que nada, a experimentar y a lo que su surja.

Despúes de andar y andar, fuimos encontrando alguna que otra iglesia románica, el Rhin, el palacio o el ayuntamiento y toda una serie de edificios singulares que no tenían desperdicio. Porque eso sí, no espereis encontraros en Koblenz señalización de sitios de interés, porque solo las hay al salir del Banhof (o estación central) y si vais en domingo, recordad que no hay nadie por las calles. Parecía que habíamos reservado la ciudad para nosotras solas... 

A pesar de todo encontramos la Deutsche Eck (o esquina alemana) con el gran Guillermin I sentado en su caballo. En esta "esquina" se unen el Rhin y el Mosel, y está decorada con las banderas y escudos de todas las regiones de Alemania. Es bastante bonito. Al fondo se puede ver la fortaleza y los pequeños pueblitos que están cerca de Koblenz. Si quereis pasar al otro lado del río, no espereis encontraros Ferrys como en Bonn, tendreis que volver a andar sobre vuestros pasos y llegar al puente (único puente) que enlaza las dos orillas.



Pues eso hicimos nosotras, sólo que no fue exactamente lo que conseguimos. Ana había hecho los deberes y traía anotado todo lo que deberíamos visitar. Vallendar, un pueblo bohemio, decían sus apuntes. Vallendar es una de esos pueblitos que he nombrado antes. Hartas de andar decidimos cogernos un bus. 3,35€ sólo la ida + conductora con cara de no haber tomado "All Bran" fueron los primeros "tropiezos". % minutos, no más, duró el viaje. Cual sorpresa que al llegar a Vallendar, lo de bohemio se quedó solo en una simple anotación. Un pueblo como otro cualquiera. Sin ningún encanto particular, sólo la calle principal (supongo) con las típicas casitas de madera antigua merece ser destacado. para colmo encontramos ¡Un bar abierto! Pero resulta que tenían una "Mittagpause", o lo que viene siendo que cierran despues de dar el almuerzo para luego abrir a la cena. Eran las 2 y media vale? Creo que deberíamos empezar a hacer el horario alemán para las comidas :D  Así culminamos nuestra magnífica excursión a Vallendar comiendo en una gasolinera, eso sí, más barato imposible: 4e por persona un bocadillo, una botellita de agua y un cruasant de postre.

Asi que vuelta a Koblenz, otros 3,35 !! jajaja Volvemos a mirar los apuntes: hay un castillo llamado Stolfor o Stelfor o algo así. Venga vamos !! Una amable chica alemana se ofrece al vernos un poco perdidas a ayudarnos en inglés. Nos dice que si,que realmente el castillo existe y que no está muy lejos, que podemos ir andando. Como estabamos un poco cansadas pensamos que sería mejor coger el bus, pero teníamos que esperar 40 minutos, por lo que decidimos ir a pie, siguiendo la orilla del Rhin. Y andamos, andamos, andamos y todos los andamos que se puedan escribir, más de una hora !! Lo que aparecía en el mapa como un par de paradas de autobuses se estaba convirtiendo en una lara caminata a ningún sitio. Llegamos a la salida de Koblenz, a la carretera donde ya no hay ni acerca, sólo arcén y ahí decidimos no seguir. Así que esperamos en la parada del bus 650 de vuelta como una media hora, tentadas de hacer auto stop, muertas de frío. Cuando llega al autobus nos claba 2,65€ para volver a la Busbanhof, en lo cual gastamos no más de 5 minutos, y es que al parecer estaba cerca, pero nosotras dimos una vuelta tremenda....


El tren de vuelta salía a las 18:26 asi que tuvimos un ratito para merendar un bretzel con mantequilla y una bolita berlinesa antes de volver. Esta vez compramos el ticket !!! No como la semana pasada en Colonia que quisimos hacer uno de la pillería española, y lo hicimos !! Mala suerte que nos gastamos 22€ y el regidor no pasó... Para terminar este magnífico día, el tren tardó más de una hora en hacer el mismo recorrido que por la mañana tardo 40 minutos. 

En fin, lo dicho al comienzo, un día para recordar...

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